Negociaciones

Puigdemont a su núcleo duro: «Bloquear la política española es un triunfo»

Ver vídeo
Joan Guirado

Amnistía y referéndum son las dos condiciones indispensables para que Carles Puigdemont acepte la investidura de Pedro Sánchez. Pero no lograrlas tampoco supone un problema para Junts per Catalunya. Convertirse en pieza clave para el PSOE ha llevado el debate interno a la formación del ex presidente catalán, dividida en dos sectores evidentes: el más moderado y posibilista -que apuesta por facilitar el acuerdo- y el más radical, que insta a Puigdemont a no ceder ni un milímetro e incluso a bloquear la investidura. El dirigente prófugo tiene la última palabra y ya ha comunicado a su entorno que «bloquear la política española es un triunfo». 

Alineado con las tesis más duras de su partido, Puigdemont no vería inconveniente en impedir que Sánchez reedite en La Moncloa y que ese bloqueo lleve a una nueva repetición electoral. Se siente cómodo en la estrategia de la «confrontación», a la que Junts ha sacado un buen provecho electoral, elevando sus expectativas sobre ERC. En la permanente lucha entre las dos formaciones mayoritarias del separatismo, y con unas elecciones a la vista, Junts sabe que su rechazo al líder socialista puede ser más ventajosa que el acercamiento que ha llevado a los de Junqueras a un declive en Cataluña.

Es así que Puigdemont ya ha comentado en conversaciones privadas con su entorno más selecto que, hoy por hoy, el bloqueo también es una victoria. Una afirmación que choca con la euforia aparente que exhibe el PSOE, pese a no tener ni mucho menos amarrados los apoyos para la investidura. Tampoco ERC quiere ponérselo fácil esta vez.

En su documento ideológico, la ponencia política aprobada el año pasado, Junts ya marca claramente el camino: «La estabilidad del Gobierno español no es un objetivo estratégico y no le daremos apoyo. La experiencia nos ha demostrado que tanto el PSOE como el PP no han tenido ninguna voluntad real de respetar nuestros derechos como pueblo, y además han justificado las medidas represivas».

En el mismo texto declaran que no participarán «en ningún pacto» con el Gobierno español «sin tener las garantías claras de cumplimiento» y, en cualquier caso, ese eventual acuerdo tendría que ser refrendado por la militancia, tendente a no facilitarlo. «Mantener Cataluña subordinada al Estado español en contra de la voluntad de sus ciudadanos y las prácticas antidemocráticas y represivas contra nosotros no pueden seguir saliendo gratis», advierten desde Junts.

Presión

A esa división se suma el llamamiento en las últimas horas de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), ahora dirigida por Dolors Feliu -ex candidata de Junts al Parlament-, instando a este partido y a ERC a bloquear la investidura si no se «encara la independencia». En caso contrario, la ANC es partidaria de conducir al país a una repetición electoral.

La plataforma separatista  ya promociona la próxima Diada, con un mensaje que apela directamente a la «confrontación» con el Estado.

«Tras el fracaso del diálogo con España, no podemos permitirnos perder más tiempo. Es necesario que la ciudadanía tome las riendas y vuelva a la confrontación y al embate. Coincide ahora con la presidencia española de la UE y es necesario aprovecharlo», retan en un mensaje difundido a sus simpatizantes. Su intención es «denunciar» ante Europa «a un Estado español antidemocrático» en un momento en que todas las miradas están puestas en esa presidencia. «También denunciamos el inmovilismo de los partidos independentistas», avisan.

Consideran que «la mesa de diálogo no ha tenido ninguna utilidad y se requiere la acción inmediata»: «Exigimos el inicio del embate definitivo hacia la independencia. Los dos años de negociación con España han fracasado y ahora es el momento de pasar de las palabras vacías a la acción y la confrontación».

Congreso

La antesala de la negociación para la investidura es la conformación de la Mesa del Congreso, que se votará este mismo jueves. Las conversaciones cruzadas mantienen aún la incógnita sobre en quién recaerá la presidencia de este órgano y si la mayoría se decantará hacia el bloque de las izquierdas o las derechas. No es una cuestión menor, y más aún ante la complejidad de la legislatura. De la Mesa depende, por ejemplo, que Junts y ERC puedan contar con grupo parlamentario propio -como Ferraz ya ha prometido a los republicanos-, o que se admita a trámite una hipotética Ley de Amnistía.

Como ha publicado OKDIARIO, Junts no descarta abstenerse, lo que facilitaría que el PP se hiciese con la presidencia. Consideran en el partido de Puigdemont que ese gesto sería «un toque de atención» a Sánchez para llevar al límite las negociaciones.

Lo último en España

Últimas noticias